lunes, 18 de mayo de 2015

Bordar por Alguien

La impotencia me hace salir a la calle a gritar por la injusticia y la impunidad. Pero, pasada la marcha, la inconformidad y el desasosiego siguen ahí. Mis pies están cansados, pero mis manos se sienten ligeras. No sé hacerlo, pero me uno a la tarea de bordar por algo.

La causa no podría ser más terrible: alguien ya no está, alguien hace falta. Alguien ha sido arrancado a la fuerza de su entorno… Y ese Alguien se multiplica por decenas de miles. Mi país está plagado de ausencias que no logramos siquiera contabilizar ni recordar, porque una tragedia diaria viene y cubre a la tragedia de ayer. 

Entonces, bordo. La aguja enlaza mi indignación y mis buenos deseos. Cada bordado es el reconocimiento y recordatorio de esa ausencia. Un nombre hecho de hilo representa la agonía de familias enteras, al mismo tiempo que materializa mi pena por esa tierra que sigo sintiendo como un hogar. Con ese mismo hilo no solo se denuncia, también se construye una narrativa honesta y conjunta que acerca a quien se interesa y a quien le duele; bordo, pero no estoy sola. Las nuestras son puntadas colectivas. Bordamos para no olvidar.



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