Porque ese
acto legal, inofensivo y colectivo me ha permitido encontrar a grandes compañer@s
de lucha.
Porque
nuestros pañuelos testimonian en el extranjero sobre el dolor de México y son
una herramienta de comunicación, de memoria y de creación de conciencia.
Bordo
también como una lucha contra el olvido y la indiferencia que durante años
hemos mostrado como pueblo ante la política de terror que nos gobierna.
Bordo y
seguiré bordando aquí y en todas partes para que el gobierno, con todos sus
niveles de autoridad, nunca olvide que aquí estamos, conscientes y hartos, y
que estamos organizados, movilizados y dispuestos a luchar porque cada historia
bordada no se repita más.
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